Sin ninguna pretención
Me he acercado a su cultura
Y eso que duele se cura
Al compás que marca el son.
Se infla el pecho de emoción
Cuando suena la jarana
Y en la tarima se emana
luz de un espíritu libre:
¡Haz que la madera vibre
Por toda la raza humana!
---
Caigo rendida a tu pecho
cansada de la batalla,
el corazón nos estalla
por retozar en el lecho.
La noche oscura es el techo
de nuestro arcano conjuro,
donde juega el amor puro
a enredarnos en su manto:
¡Mi cielo, te quiero tanto,
eso tenlo por seguro!
Valeria Citlaxóchitl Nava
Versadora, Ciudad de México
Me he acercado a su cultura
Y eso que duele se cura
Al compás que marca el son.
Se infla el pecho de emoción
Cuando suena la jarana
Y en la tarima se emana
luz de un espíritu libre:
¡Haz que la madera vibre
Por toda la raza humana!
---
Caigo rendida a tu pecho
cansada de la batalla,
el corazón nos estalla
por retozar en el lecho.
La noche oscura es el techo
de nuestro arcano conjuro,
donde juega el amor puro
a enredarnos en su manto:
¡Mi cielo, te quiero tanto,
eso tenlo por seguro!
Valeria Citlaxóchitl Nava
Versadora, Ciudad de México
Valeria Citlalxóchitl, psicóloga de profesión, amante de la poesía y la décima, a muy corta edad comenzó a escribir, inspirada en la cotidianidad de su acontecer, en la rebeldía ante sus realidades y en la sensibilidad de sus principios, le escribe a la vida, a la gente y al amor.
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