Soy poeta abandonado
que trae la noche a la espalda,
que no precisa guirnaldas
ni con la gloria ha soñado.
Soy poeta que sentado
a la orilla del camino
le hace trampas al destino,
que se cae, que se levanta;
poeta que ladra y canta
porque no sabe de trinos.
El diablo y Dios, a los dados,
se están jugando mi alma,
pero Dios juega con calma:
tiene los dados cargados.
Yo no sé vivir callado,
soy decidor, palabrero;
siempre digo lo que quiero
y quiero lo que yo digo,
amigo de los amigos;
con la mujer caballero.
Soy hijo de los Hermilos
porque Hermila fue mi madre,
Hermilo también mi padre
de quien heredé el estilo.
Yo cuando trovo destiló
versos libres y punzantes,
no me gusta ir adelante,
pero tampoco ir atrás;
para llegar nada más
hace falta ser constante.
Al despertar las jaranas
en el fandango sonoro,
ya no se si canto, lloro,
o el pecho se me desgrana.
El rostro se me engalana,
se agiganta mi sonrisa,
porque el fandango me hechiza;
zapateado verso y son;
la piel de mi corazón
se me enchina y se me eriza.
Simón Toledano
Decimista, respentista y narrador oral
Recorre el país impartiendo talleres de poesía, décima y cuento. Se ha presentado en diversos foros de repentismo. Además escribe la columna "La décima y nos vamos" en el periódico Heraldo de Martínez Torres, Veracruz. Es integrante y representante del grupo Colectivo Carretoneros de Loma Bonita, Oaxaca.
que trae la noche a la espalda,
que no precisa guirnaldas
ni con la gloria ha soñado.
Soy poeta que sentado
a la orilla del camino
le hace trampas al destino,
que se cae, que se levanta;
poeta que ladra y canta
porque no sabe de trinos.
El diablo y Dios, a los dados,
se están jugando mi alma,
pero Dios juega con calma:
tiene los dados cargados.
Yo no sé vivir callado,
soy decidor, palabrero;
siempre digo lo que quiero
y quiero lo que yo digo,
amigo de los amigos;
con la mujer caballero.
Soy hijo de los Hermilos
porque Hermila fue mi madre,
Hermilo también mi padre
de quien heredé el estilo.
Yo cuando trovo destiló
versos libres y punzantes,
no me gusta ir adelante,
pero tampoco ir atrás;
para llegar nada más
hace falta ser constante.
Al despertar las jaranas
en el fandango sonoro,
ya no se si canto, lloro,
o el pecho se me desgrana.
El rostro se me engalana,
se agiganta mi sonrisa,
porque el fandango me hechiza;
zapateado verso y son;
la piel de mi corazón
se me enchina y se me eriza.
Simón Toledano
Decimista, respentista y narrador oral
Recorre el país impartiendo talleres de poesía, décima y cuento. Se ha presentado en diversos foros de repentismo. Además escribe la columna "La décima y nos vamos" en el periódico Heraldo de Martínez Torres, Veracruz. Es integrante y representante del grupo Colectivo Carretoneros de Loma Bonita, Oaxaca.
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